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El sobreprecio del cariño

Cuanto estamos dispuestos a pagar por amor? Y por cariño?

Estimados, este post ha tenido un proceso, pero finalmente cuento con la colaboración de Leila Aisen, autora del blog http://blog.bairesinlove.com.ar/,( la recordarán de post como "Gente Goma", y si aún no lo conocen, leanlo que es infaltable) para completar este post, que necesitaba ambas miradas.



*Desde la vereda masculina:*

Lo leí el otro día al pasar, y conocía la historia.

La señorita estaba en una relación pero sin embargo estaba sola. Como es
esto?

Y hete aquí señores, el meollo de la cuestión.

Hasta que punto estamos cotizando el cariño o el amor?

Estamos en un momento en donde tener algo con alguien es situación de tapar
todos los trazos de dicha relación. Y está bien, es parte de la intimidad.
Pero hasta que punto callamos el hecho de tener una relación para poder
tener otras o bien no involucrarse sentimentalmente?

Y así la gente se esta matando, sin amor, sin nada.

Es que acaso no es lo más normal del mundo? No tendría que darte alegría ser
querido o querer?

Y es que ahí se paga el sobreprecio del cariño. El histeriquear, el ser
histeriqueado, que las cosas no estén claras…. Y después de todo eso,
valoras realmente las caricias o te seguís preocupando por como va a ser
mañana?

Casadas, solteras, viudas o divorciadas. Están buscando el placer, para
luego buscar el amor. Aceptan nuestras clausulas, para ver si somos el tipo
indicado. Y nada, están tanto en su mundo lleno de escudos que ni disfrutan
ni se dejan disfrutar. No me importa tu bagaje de relaciones. Veamos que
sale de esto, que aún no tiene forma, pero es tan bello y tan simple así.

Nadie tiene la vida asegurada, así que disfruten el momento muchachos, no
construyan castillos que sean de arena… pero tampoco subamos el precio
tanto, que ya no se disfrute lo que vienen a comprar.



*Desde la vereda femenina:*

Probablemente alguna vez hayas fingido. ¡Ojo! no estoy hablando
estrictamente de la cama, me refiero a que probablemente alguna vez hayas
fingido parte de una relación o, lo que es peor, una relación entera.



Situación: cena con él en un lindo lugar, le contas todas las cosas que te
pasaron en el día con excesivo entusiasmo y él… sigue mirando la carta y
preocupándose por el plato principal (sin importarle descuidar el postre).



Pero claro, él es “un buen tipo” y vos no querés estar sola. Y aunque él sea
un dulce, a vos te cuesta un poco dejarte querer (
http://blog.bairesinlove.com.ar/2010/06/07/despues-de-varias-decepciones-amorosas-%C2%BFnos-cuesta-dejarnos-querer )
¿o no?



Pero hay algo que tenés muy en claro: si te involucras emocionalmente, vas a
salir lastimada. ¿Estás tan segura de esto?, si él piensa exactamente lo
mismo ¿cómo sería este macabro juego?



Llenas tus espacios vacíos con barreras duras de cruzar y él se desgasta, se
desinfla.

De repente los dos están con la mirada perdida, viendo ‘hacia el futuro’, a
lo que podrían construir juntos algún día si es que acaso tuviesen un
presente que valga la pena.

Hablas con tus amigas y les decís que te falta algo, pero ni vos sabes qué
querés (y él menos, claro).



Por diagramar el plan perfecto de cuento de hadas y por miedo a ser ‘goma’ (
http://blog.bairesinlove.com.ar/2010/05/17/acerca-de-la-%E2%80%98gente-goma%E2%80%99/ ), terminaste teniendo ese castillo de arena que siempre criticaste en las
relaciones de tus amigas. Pero al menos ellas viven el momento…



¿Y si siempre estuvo errado el camino del histeriqueo por el placer que en
consecuencia (quizás) llega al amor?



Al fin de cuentas la cosa no debería ser tan complicada. Todo esto es mucho
más simple de lo que planeas en tu rebuscada cabecita: “¡Quereme, quereme!
(por favor…)”
 
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